20 marzo 2006

MANIFAS

En el País de Don Pimpón (tan bien definido por Celtas Cortos refiriéndose al lugar que pisamos en este momento), hacer manifestaciones es algo relativamente común, sin embargo, muchas veces el motivo es claramente discutible.
No entiendo las huelgas obligatorias, los sindicatos preocupados por la política y no por los trabajadores, y las manifestaciones que como único objetivo tienen poner a parir a un partido político. Hay muchas cosas que no entiendo, pero estas últimas semanas parece que por mucho esfuerzo que haga, no consigo encontrar una pizca de cordura al asunto. Veo el panorama actual, en el que el trabajo es precariedad, y la vivienda es un insulto y un atraco a mano armada, y los jóvenes nos movilizamos para que nos dejen agarrarnos una buena mierda en un parque. Sinceramente, me puede parecer mejor o peor, pero desde luego, creo que hay mejores motivos para movilizarse. Por una vez, creo que deberíamos fijarnos en nuestros vecinos del norte, los franceses. Ellos se quejan porque quieren legalizar un sistema laboral que aquí ya se lleva a cabo hace años. ¡¡Quejémonos!! (sin quemar coches).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo deje de creer en las manifestaciones a los 14 años cuando en una manifa contra el servicio militar obligatorio la gente empezo a gritear "Gora ETA" y "Euskal Herrian euskeraz". Esta noche echan la peli "Matrix", donde la gente es dominada por un superordenador que los mantiene distraidos y "felices" mientras son utilizados como pilas por el propio ordenador o sistema. Asi nos va, con la salsa rosa, el futbol,el centro comercial y las juergas..donde parece que nos drogan para olvidarnos de los probremas reales como la vivienda, el trabajo precario, los altos precios tipo aleman, y los bajos sueldos tipo africano (sin ofender a sus ciudadanos)...y me descojono con el valor del voto de cada ciudadano que de esa manera ejerce su derecho democratico a decidir..Aqui deciden los de siempre.

J.RUBINES dijo...

Es cierto, como joden las manifestaciones que se politizan, o que la final resultan ser una escusa para llevar otras ideas a la calle.
Creo que el problema social es que las soluciones son demasiado lentas para una problemática que no deja de crecer. No se, a veces pienso que algo de culpa debemos de tener nosotros, porque quejarnos nos quejamos, pero no hacemos nada para remediarlo. ¿Qué podemos hacer?

J.RUBINES dijo...

Estoy deacuerdo contigo pero con dos matices. El primero, que no se si realmente sirve para algo manifestarse, sobre todo porque después de la manifestación de lo único que se habla es de cuantas personas acudieron realmente. La segunda es que en este país parece que nadie se moviliza por algo importante. Un ejemplo: Compara el número de socios de cualquier asociación digamos... ecologista, con el número de socios de un club de futbol de segunda. El futbol gana por goleada. Esto es como los romanos con el circo.
Esperemos que todo vaya cambiando. Está en nuestras manos.
Gracias bruixiña de nuevo.

Anónimo dijo...

Las manifestaciones de este país son como sus gobernantes: de risa. Si un equipo de fútbol va mal, incontables seguidores se juntan para quejarse y hacer ruido. Más de lo mismo con el tema del botellón. Recientemente se han convocado una serie de manifestaciones para que todos podamos acceder a una vivienda digna, pero ¿alguien ha oido algo? ¿se ha movido alguien? Muchas veces pienso que tenemos lo que nos merecemos, aunque tengamos que pagar justos por pecadores :(