Si alguno de vosotros estudiáis francés, o sois franceses, encontrareis en estas viñetas algo muy cotidiano. En ocasiones, una mala traducción literal puede generar una situación realmente cómica. La de “la caca nerviosa” es una de ellas, aunque pensando un poco podríamos encontrar mil. Supongo que te arriesgas a este tipo de cosas cuando estudias un idioma, y también supongo que lo hace más agradable (una risa entre subjuntivos siempre viene bien).
Aunque a algunos os pueda parecer imposible, lo bueno de las historia de Nadia es que cuentan la vida real de mi profa de francés. En este caso, la anécdota de “se me puso la piel de polla” todavía ameniza, tras cuatro años de academia, algunas tardes de los martes y jueves.